En el corazón de la vereda Chorrerano, ubicada en el municipio de Medina, la oscuridad ha sido una compañera constante para muchas familias. Las noches sin luz y las rutinas que dependen del sol eran parte del día a día... hasta ahora. Gracias al programa Cundinamarca al 100%/Energía para Todos, liderado por Enel Colombia y la fundación Enel, este rincón rural fue testigo de una transformación que cambiaría sus vidas.
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Llevamos la energía a donde parecía imposible
La travesía para electrificar la vereda Chorrerano fue mucho más que un reto técnico: fue un acto de compromiso con la comunidad. Las condiciones del terreno, los caminos inestables, pendientes empinadas y la presencia de ríos, parecían convertir la tarea en algo imposible. Sin embargo, hicimos posible lo imposible; optimizar el proyecto utilizando helicópteros. Así, más de 13 toneladas de materiales atravesaron los cielos hasta llegar a su destino. ¿El resultado? cuatro robustos transformadores, instalados, 2.3 kilómetros de red de media tensión, 3.9 kilómetros de baja tensión y 34 postes de fibra de vidrio, que ahora son un sinónimo de progreso en medio de un paisaje antes olvidado.
Este proyecto no solo trajo electricidad a la vereda; trajo consigo un cambio profundo que se refleja en cada hogar. Para las 11 familias beneficiadas, el acceso a la energía no es solo cuestión de comodidad, es la puerta de entrada a una nueva calidad de vida. Ahora, sus noches estarán iluminadas, sus rutinas no dependerán del sol, y las posibilidades de desarrollo individual y colectivo se multiplican.
El impacto no terminó con la conexión a la red eléctrica. A través del programa Mucho más que energía, estas familias recibieron un subsidio que cubrió los costos regulatorios y de conexión, liberándolas de una carga económica significativa. Como símbolo de este nuevo comienzo, cada familia fue obsequiada con una licuadora, un pequeño pero poderoso recordatorio de cómo la energía puede transformar hasta las actividades más cotidianas, como preparar alimentos, en algo más práctico y eficiente.
Hoy, Chorrerano se alza como un ejemplo de lo que puede lograrse cuando la energía llega a los lugares más remotos. No se trata solo de cables y transformadores; se trata de nuevas oportunidades para la comunidad. Con cada luz encendida, con cada sonrisa, demuestra que la electricidad es mucho más que una necesidad básica: es un motor de progreso, un catalizador de sueños, un faro que guía a esta vereda hacia un futuro lleno de posibilidades.
Gracias al programa Cundinamarca al 100%/Energía para Todos, Enel Colombia no solo ha electrificado Chorrerano, ha encendido la chispa de un cambio verdadero, donde cada familia tiene ahora acceso a un futuro más brillante.