Hace mucho tiempo, en un pequeño átomo, tres partículas se unieron: electrón, protón y neutrón. Así nací yo, la Energía. Desde entonces, empecé a explorar y a acompañar a la humanidad.
Durante este viaje, he conocido a muchas personas, entre ellas, a Juanita, quien siempre ha sentido mi presencia, aun cuando parece que no estuviera allí.
Desde niña, ella se asombraba al ver cómo un simple toque lograba prender un bombillo, encender el televisor para disfrutar de sus programas favoritos y todos los electrodomésticos que utilizaban sus padres en casa para cocinar, limpiar y trabajar.
Cada día, Juanita aprovechaba más mis habilidades para sus actividades preferidas, como bailar, cantar, estudiar, y, en la noche, leer cuentos antes de dormir.
Los fines de semana eran más especiales, pues en familia se reunían para hacer maratón de películas, videojuegos o visitar sitios de entretenimiento con atracciones y máquinas de juegos.
Juanita, aun siendo una niña, era consiente que estos momentos no serían posibles sin mi presencia. Con los años, la curiosidad por descubrir la magia que había detrás aumentó.
Así acompañé a Juanita en su vida escolar
En el colegio aprendió un poco sobre mi historia, la historia de la electricidad. Luego, continuó investigando por su cuenta, lo que le permitió entender que existían diferentes fuentes de generación, que mi llegada a su casa era posible tras recorrer miles de kilómetros y que usarme de forma eficiente ayudaba a cuidar el planeta y que pudiera seguir disfrutándome.
Los siguientes años escolares, seguí siendo un elemento protagonista en la vida de Juanita. Hacía sus tareas con mucho esmero, ampliaba la información consultando en su computador, creaba maquetas disfrutando de la música y, ante un proyecto de ciencias, siempre buscaba la forma de resaltar mi importancia en la vida de todos.
Una pasión para toda la vida
Cuando llegó la etapa universitaria, Juanita tenía claro qué quería estudiar. Soñaba con una carrera que le permitiera aportar a la sociedad a través del desarrollo de soluciones innovadoras y sostenibles para mejorar la calidad de vida de las personas. Por ello, escogió ingeniería eléctrica.
La acompañé durante las largas noches de estudio, a través de las pantallas y luces que iluminaban el escritorio de Juanita. En sus ratos de esparcimiento y diversión, también estuve ahí, en sus salidas a cine, animando la fiesta al ritmo de las canciones y en las videollamadas con familia y amigos, donde las risas y anécdotas siempre estaban presentes.
Para su práctica profesional, encontró a Enel Colombia, una compañía que no solo le permitía estar más cerca de mí, aprender estrategias para cuidarme, cómo ponerme a disposición de todos con seguridad y confiabilidad, sino también, de manera personal, demostrar que tenía un talento para brillar.
Juanita terminó su pregrado y ahora yo no solo era parte de su profesión, sino también su pasión y compañera constante.
La compañera fiel de Juanita
Una vez Juanita finalizó su práctica profesional, tuvo la oportunidad de seguir trabajando en Enel. Continuó aprendiendo sobre mí, innovando para que el servicio sea cada vez más sostenible y de calidad. Continuamente, participa en proyectos para llevarme a zonas rurales, también, implementando nuevas formas de generación renovable, por ejemplo, con paneles solares, y mucho más.
En la actualidad, sigo acompañando cada momento en la vida de Juanita, cuando escucha su música preferida, mientras arregla su cabello con el secador y la plancha, al recargar la batería de su celular todos los días, al conectar su cámara para luego tomar fotos en los viajes, durante sus lecturas nocturnas, entre otros momentos.
Así como en la vida de Juanita, he estado presente en cada momento de tu vida. Por ello, hoy quiero invitarte a que me disfrutes al máximo, pero de manera responsable. Durante el día, aprovecha la luz natural; apaga los bombillos cuando no los estés usando; desconecta los equipos y cargadores; utiliza la lavadora en su carga máxima y evita abrir la nevera frecuentemente. Así, me cuidas y cuidas el planeta.