Reconocemos el importante valor que tienen nuestros recursos naturales, por eso a lo largo de los años hemos operado bajo la premisa de ser ambientalmente responsables y sostenibles, basándonos en los principios de innovación y progreso, que marcan nuestro camino para continuar trabajando en conjunto con las comunidades, cuidando el entorno que nos rodea, y llevando bienestar y desarrollo a las regiones, en armonía con la naturaleza.
Por esta razón, cuando pusimos en marcha la construcción de la Central Hidroeléctrica El Quimbo, la más grande del Grupo Enel en Latinoamérica, nuestro principal foco ha sido el de proteger y conservar el ecosistema alrededor del proyecto, para lo que era imprescindible el diseño de múltiples estrategias orientadas a la preservación de la biodiversidad en la zona.
RESTAURAMOS PARA GARANTIZAR LA CONSERVACIÓN DE NUESTRA BIODIVERSIDAD
El ecosistema del bosque seco tropical es uno de los más importantes en conservación a nivel mundial, debido a las numerosas especies de flora y fauna que alberga. En la actualidad, es uno de los menos explorados y está considerado como uno de los más amenazados y degradados. Específicamente en nuestro país, de acuerdo con el Instituto Alexander Von Humboldt, contábamos con 9 millones de hectáreas de bosque seco tropical, de las cuales hoy tan solo quedan el 8%.
Por tal motivo, como parte de las medidas establecidas en la Licencia Ambiental de la Central Hidroeléctrica El Quimbo, desarrollamos el primer Programa de Restauración Ecológica de mayor escala en Colombia, con el propósito de restaurar 11.079 hectáreas de bosque seco tropical ubicado en el margen izquierdo del embalse, en los municipios de El Agrado, Gigante, Garzón, Paicol y Tesalia en el departamento del Huila.
Para la ejecución exitosa de este programa era necesaria la realización de un plan piloto, el cual llevamos a cabo desde el 2014 hasta abril de 2018, en conjunto con la Fundación Natura, organización con más de 30 años de experiencia en temas de conservación ambiental. Para esta primera fase, seleccionamos 140 hectáreas distribuidas en diferentes zonas, en donde realizamos estudios ecológicos y análisis científicos que nos permitieron encontrar 260 especies de flora de 194 géneros diferentes; descubrir una nueva especie de Bromelia, la Pitcairnia Huilensis, endémica de la vertiente oriental de la Cordilla Central; identificar 155 especies de aves, 29 de mamíferos, 23 reptiles y 12 anfibios; realizar trabajos de propagación de más de 214 mil plántulas pertenecientes a 62 especies; y seleccionar más de 55 estrategias de restauración, que resultaron ser las más efectivas y adecuadas para ser replicadas a gran escala en la totalidad de las hectáreas que abarca el proyecto.
En la ejecución de este plan piloto, se vincularon más de 200 personas, entre las que participaron profesionales, técnicos, auxiliares de campo y viveristas. De igual manera, contamos con la participación activa de la academia, lo que permitió la consolidación del primer Centro de Investigación y conocimiento práctico en bosque seco tropical del país. Este centro cuenta con un vivero, oficinas, laboratorios y senderos ecológicos, que hemos puesto a disposición para el desarrollo de 16 trabajos de investigación que han realizado 20 estudiantes de diferentes universidades.
A partir de los resultados obtenidos de este plan piloto, iniciamos la segunda fase de nuestro programa de restauración ecológica, en la que tenemos planteada la intervención de 500 hectáreas en los próximos 3 años, y la meta es que a 2024 el Huila tenga más de 2 mil hectáreas completamente restauradas.